El sueño partía cuando yo buscaba algo, no sabía en que casa estaba, pero estaba en una, en la cual no sabía lo que estaba buscando hasta que encontraba algo en el entretecho, y ¡Adivinen qué! Era un cuerpo lo que encontraba, estaba envuelto en algo, lo empezaba a tocar cuidadosamente; empezaba por el rostro, y… ¡Tocaba mi nariz! Mis labios… ¡Era yo esa persona! Era todo tan extraño, yo en el sueño estaba viva y muerta a la vez, yo me encontraba a mi misma muerta en el entretecho, pero sabía que estaba viva, eran como dos nicoles, una muerta y otra viva; pero empezaba a cambiar el sueño… en realidad yo estaba muerta, y era mi espíritu el que andaba deambulando por esa casa e iba en busca de socorro hacia su madre para avisarle que estaba muerta y que encontrara el asesino; y el asesino para mí era el destructor lucifer que no quería que yo siguiese viviendo porque yo me hacía cada ves mas fuerte, pero era extraño porque él nunca puede vencer a alguien fuerte, y yo estaba siento fuerte; pero creo que ese sueño era para dejarme alguna enseñanza. Luego me dirigía donde mi hermana a decirle lo último antes de morir completamente y antes que el espíritu se fuera de ahí, porque estaba muerta en carne pero no en espíritu; y yo le decía a mi hermana que buscara un papel para escribir porque yo no lo podía hacer, necesitaba hablar con Ignacio, pero no podía salir en busca de él, ya me quedaba poco tiempo para seguir en ese lugar, estaba muy triste, y me preguntaba ¿Por qué he muerto? ¿Por qué no he alcanzado a hacer todo lo que he querido, todo lo habíamos planeado juntos? Yo lo amaba a él, yo quería una familia con él…sentía tanta pena, aún podía sentirla, pero no podía seguir recordando bellos momentos con él y menos hacerme tales preguntas, sólo pensaba dejarle algo escrito a mano de mi hermana, y yo en mi subconsciente pensaba decirle : nacho, siempre te amé y no te dejaré de amar nunca; pero le dictaba estas palabras a mi hermana y cuando ya llevaba escrito nacho y dos puntos, yo despertaba del sueño; un sueño muy real, desperté muy asustada, pensé que estaba muerta, pero me empecé a mirar y a hacer las cosas que hacía siempre al despertar; que era leer las escrituras, y pude interpretar el sueño de esta manera: que debía aprovechar mi vida, la cual era valorable; debía ser mejor de lo que era; debía aprovechar el tiempo que tenía, y esforzarme para el juicio final, para llegar sin manchas, y lo último era que debía valorar a la persona que tenía mi lado, o sea a José Ignacio Silva Nash.
Lo relacioné con el primer sueño en el cual José Ignacio Silva Nash me pedía nuevamente pololeo y me daba una felicidad inmensa; era inexplicable, creo que era lo que hace mucho tiempo quería, pero que de un tiempo a otro se había olvidado por el creer de que nunca pasaría a menos de que pasaran esos dos años y algo; pero pasó en un sueño, que extraño, quizás que quiera decir para Dios, pero para mí es una revelación de nuestra oración, que volveremos a estar juntos ahora y eternamente.