lunes, 11 de mayo de 2009

Los pensamientos de un intérprete con los del autor


Lunes, 11 de mayo de 2009

El intérprete de la sonrisa eufórica ya no parecía sonreír, deslumbrada la sonrisa presente pasaba a ser pasada, ¿Cómo puede cambiar tanto una sonrisa?, así se preguntaba, como tanto influía en sí tenerla, más afectaba desposeerla en instantes, segundos… el silencio de ella cuestionaba sin parar las razones de los pensamientos que invadía esa laguna mental que se formaba al no poder recibir respuesta esperadas, o objetivisar lo coherente interpretado por ella, que para algunos eran subjetivas.

Deseaba poseer el poder de cambiar los pensamientos ajenos para volver a su gustosa sonrisa de principiante, pero parecía ser imposible; estaba obsesionada con poder cambiarlos, sólo deseaba una restauración de ellos, una pequeña restauración de pensamientos, para poder satisfacer sus objetivos en mente, que la placentía poseer.

Si bien es cierto no podía cambiar los pensamientos, podía hacer algo para poder modificarlos en cierto modo, con la ayuda del habla y el consejero intelecto que era el poseedor de las mentes.

Podía entregar ayuda a esas personas, esas que suelen equivocarse en el modo de tratar a las demás, pensando en que es la mejor forma para ellos, siendo egoístas y sólo viendo el beneficio que les entregaba a ellos.

Este intérprete decía que los pensamientos poseedores de la gente eran satisfactorios personales, pero erróneos al practicarlos en la vida diaria con gente de sentimientos sensibles.

El miraba al ser humano como un personaje que no tiene razón, que no se da cuenta cuando está haciendo el mal, el como poder adquirir la satisfacción del otro, sólo cree que entrega lo mejor posible, pero sin embargo es sólo una pequeña parte, sólo entrega lo que quiere, y no lo que puede, siempre piensa en que todo en mucho, y nunca piensa en que nunca todo es mucho, lo suficiente no existe, siempre se puede entregar más y se puede ser superado por voluntad propia y no porque te lo estén diciendo, el error es el que se cansan de entregar, pero no entregan nada al final, y lo que entregan es en vano, es satisfactorio por el momento, en el momento del conocimiento instantáneo temporal, pero no parece ser satisfactorio espiritual y sentimentalmente.

Si se pudiese describir al hombre lo describiría así: Como un ser que usa la cabeza sólo para satisfacer sus necesidades, sintiendo placer por ello, es como un niño recién nacido que su satisfacción en sólo la leche materna para poder subsistir, en este caso sería el pensamiento invadido en él que le causa satisfacción al hacer lo que desea dejando atrás el pensar si será bueno o no hacer lo pensado, si será bueno despreocuparse de lo querido, si será bueno estar seguro de lo que se tiene, sin sentir ni el más mínimo miedo de la perdición que puede causar la seguridad.

La seguridad sólo se destruye cuando lo seguro de desprende de nuestras almas, la seguridad no nos conlleva a ninguna causa, sólo a la destrucción y al fracaso.

La desconfianza no demuestra seguridad, sólo el miedo de perder algo, o no creer en lo que posee, sentir desconfianza es no sentir seguridad en nuestras capacidades adquiridas con el tiempo de existencia terrenal.

La comunicación es lo fundamental para avanzar en esta sociedad, sin comunicación no podríamos comunicarnos, nadie se entendería, nadie podría interpretar lo más mínimo, porque hay veces en que las palabras son necesarias para subsistir, sin comunicación no podríamos seguir, la falta de comunicación lleva al fracaso, a la destrucción, al hundimiento, a la desesperación.

No quisiéremos que nos faltase la comunicación pues no podríamos aspirar a que otros entendiesen lo que quisiéremos comunicar. Sólo aspiraríamos a lo que ellos pudiesen interpretar, pero no sería lo mismo, porque existen diversos tipos de interpretaciones que nos hacen ser diferentes a los demás, nos hacen ser únicos, y poseer una identidad representante.

Sin comunicación no hay pensamientos, sin pensamientos no hay comunicación, si no tenemos pensamientos, no tenemos comunicación y si no tenemos comunicación nuestra mente vendría siendo una mente amorfa, sin forma.

La sonrisa es una forma de comunicar, una forma de expresar y manifestar las emociones, y sin sonrisas no se podría saber cuando algo es agradable para nuestros cuerpos de seres vivientes.

Entonces lo influyente son tres cosas, los pensamientos, la comunicación y la sonrisa, estos tres están ligados, de tal forma que nunca jamás podrían separarse.

Uno sin el otro no es nada, estos tres se complementan entre sí.

Todos podemos adquirirlo porque nadie es perfecto, y si alguien fuese de tal forma estaría sólo cerca del precipicio de la perfección, pero nunca la adquiriría, sólo que la gente no es capaz de superarse interiormente, siempre suele quedarse estancada en diversos mundos confusos y no salen de la realidad, es cotidiano todo en sí, y eso es enfermizo he aburridor.